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El CENTROUNESCO organiza cada año un significativo nùmero de eventos con participaciòn de ponentes nacionales e internacionales, y encaminados al análisis y discusión de los grandes ejes transversales manejados por la UNESCO en el àmbito de los Derechos Humanos, la Cultura de Paz y relacionados.

"No habrá paz en el mundo si no hay paz entre las religiones" Hans Küng.
El objetivo principal de este foro, que representa un aspecto esencial del diálogo intercultural, es fomentar el diálogo entre las diferentes religiones y tradiciones espirituales en un mundo en el que los conflictos intra e interreligiosos se intensifican, debido a la ignorancia o el desconocimiento de las tradiciones espirituales y de la cultura propia del otro.
 

La esclavitud está ampliamente extendida y profundamente arraigada en la sociedad contemporánea, concluye la investigación "Unfinished Business" (Una cuestión pendiente), el primer análisis histórico comparativo sobre las modalidades modernas de servidumbre. Más de 27 millones de personas aún son víctimas de la esclavitud, un flagelo supuestamente abolido hace dos siglos que podría empeorar debido a la crisis financiera mundial, alertó la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La Declaración Universal de los Derechos Humanos prohíbe la servidumbre de seres humanos como uno de los principios claves de la sociedad moderna, pero 60 años después de haber sido aprobada (10 de diciembre de 1948) la esclavitud aún no ha sido erradicada.
La relatora especial de la ONU Gulnara Shahinian denunció que a pesar de las medidas políticas y de los esfuerzos que se han hecho en los últimos años aún se practican formas contemporáneas de esclavitud. Se calcula que alrededor de 27 millones de personas en el mundo viven en condiciones de esclavitud, 80% de las cuales trabaja para agentes privados.
La UNESCO encargó a Joel Quirk del Instituto Wilberforce para el Estudio de la Esclavitud y la Emancipación (WISE) que investigue todas las formas de esclavitud, su amplitud, y sus diferencias y analogías en el pasado y la actualidad.
La investigación concluye que el tráfico de seres humanos, la servidumbre sexual, el trabajo infantil y otros sistemas históricos de explotación humana perduran en la actualidad.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que al menos 1,3 millones de personas son sometidas a trabajos forzosos en América Latina y el Caribe, de las cuales 250 mil también son víctimas de la trata de personas, plagas consideradas formas modernas de esclavitud.
América Latina es la segunda región con más trabajo forzoso del mundo, después de Asia, aunque el problema está presente en todas las sociedades, inclusive en algunos países industrializados.
La OIT calcula que las ganancias generadas por el trabajo forzoso ascienden a unos 32 mil millones de dólares a nivel mundial.
A travès de este Foro se pretende exponer el resultado obtenido por el trabajo de investigación indicado, resaltando la situación existente al respecto, como una problemática real ignorada por muchos/as.

"Ética" es una palabra que por lo general no emociona mucho. La misma evoca imágenes de Aristóteles, maestros y audiencias en las que los líderes políticos defienden débilmente su honor después de haber hecho algo absurdo que todos los demás saben que no es correcto.

"Asuntos éticos", como frase, es aún peor. Con frecuencia, los asuntos éticos son precisamente los que preferimos evitar, puesto que los mismos nos obligan a enfrentar la diferencia, a veces turbia, entre hacer el bien y el mal —o porque sabemos que al hacerle frente a los asuntos éticos en general, algunas veces debemos enfrentar las deficiencias éticas de nuestra propia conducta.

Pero el calentamiento global es indiscutiblemente un asunto ético y debemos enfrentarlo como tal. Ello significa formular preguntas difíciles sobre la responsabilidad, la rendición de cuentas y las diferencias entre las acciones —ya sean políticas, económicas o completamente personales— que son correctas en contraposición a las que son erróneas.

La cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y a su dignidad, y que ponen en primer plano los derechos humanos, el rechazo a la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, así como la comprensión entre los pueblos, los colectivos y las personas.

Comprometerse con la Cultura de Paz se traduce concretamente en acciones desarrolladas a todos los niveles, desde la familia hasta la sociedad civil, promoviendo:

- La educación para la paz, los derechos humanos y la democracia, la tolerancia y la comprensión mutua nacional e internacional.

- La lucha contra toda forma de discriminación.

- La promoción de los principios y las prácticas democráticas en todos los ámbitos de la sociedad.

- La erradicación de la pobreza y la búsqueda de un desarrollo sostenible que beneficie a todos y que proporcione a cada persona un marco de vida digno, promoviendo la justa distribución de la riqueza, el libre flujo informativo y los conocimientos compartidos.

- La movilización de la sociedad civil con el fin de forjar en los jóvenes el deseo ferviente de buscar nuevas formas de convivencia basadas en la conciliación, la generosidad y la tolerancia.

La condición de ciudadano representa el papel de la persona como protagonista social y político, desde el desarrollo de su dignidad como seres que viven con los demás en igualdad de condiciones para el desarrollo de su vida privada y para su participación en la vida pública.
Ciudadanía plena supone y exige su clima de democracia y de derechos. La democracia se manifiesta en participación de los ciudadanos, principio de las mayorías, instituciones representativas como el Parlamento, sometimiento a la Ley, separación de poderes y derechos iguales para todos.
Los derechos acompañan al ciudadanos desde su nacimiento hasta su muerte.
La educación para la ciudadanía debe ser conectada con la necesidad de contar con su sustrato de cultura cívica y política capaz de dar sustento a la estabilidad de un sistema democrático. La cultura cívica y política puede ser entendida como el conjunto de valores y actitudes que orientan la conducta política y las evaluaciones que el ciudadano puede hacer de los agentes e instituciones políticas. El ciudadano del que estamos hablando no es un observador pasivo de la política, sino su máximo sujeto. Por ello la educación para la ciudadanía ha de pretender ayudar a lograr ciudadanos libres, críticos, responsables y comprometidos.
Con esta conferencia pretendemos fundamentar las principales dimensiones de esta cultura de la ciudadanía y los derechos humanos.

Centro UNESCO para la formaciòn en Derechos Humanos
Ciudadanía Mundial y Cultura de Paz
 
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