En 1995,
reunidos en Copenhague en la Cumbre Mundial
para el Desarrollo Social, en medio del período de conferencias internacionales con el cual Naciones
Unidas renovó la agenda social global en la posguerra fría, los jefes de Estado y de gobierno de todo el planeta se comprometieron
solemnemente a erradicar la pobreza en el mundo.
En setiembre del 2000, 189 líderes mundiales firmaron la
Declaración
del Milenio, en la que se comprometieron a "liberar a todos los hombres, mujeres y niños de las lamentables
e inhumanas condiciones de extrema pobreza" antes del 2015. Para ese fin se han trazado las ocho Metas de Desarrollo del Milenio
(MDM), que van desde la promoción de la enseñanza, de la salud materna y de igualdad de los géneros hasta la reducción drástica
de la pobreza y de la mortalidad infantil, así como la erradicación del VIH/SIDA y de otras enfermedades endémicas.
Al
plantearse la erradicación de la pobreza, los gobernantes del mundo dijeron muy claramente que por primera vez en la historia
de la humanidad esa meta es posible con los recursos, el conocimiento y las tecnologías de que la humanidad dispone en este
momento.
Y si eso es posible, es un escándalo que no ocurra. De ahí que el documento de Copenhague también dice que
la erradicación de la pobreza no sólo es un imperativo ético y moral, sino además político, porque el sistema mundial –como
ya en ese momento se preveía con lucidez- no iba a poder sustentarse sobre la base de enormes desigualdades.
El origen
de los Objetivos de Desarrollo para el Milenio (ODM) radica en la
Declaración del Milenio
de las Naciones Unidas, que fuera adoptada por la totalidad de los 189 estados miembros (147 de ellos representados por sus
jefes de Estado o de gobierno, incluyendo al Presidente Hugo Rafael Chávez), el 8 de septiembre de 2000. Dichas metas se fijaron
para el año 2015 con referencia a la situación mundial de 1990.
La Declaración contiene numerosos compromisos para
mejorar el destino de la humanidad en el nuevo siglo. Posteriormente, la Secretaría de las Naciones Unidas elaboró una lista
de ocho objetivos, cada uno acompañado de metas e indicadores específicos. El primer objetivo es reducir a la mitad el porcentaje
de habitantes del planeta que viven en la extrema pobreza y el de las personas que padecen hambre:
- Erradicar la pobreza extrema y el hambre
- Lograr la enseñanza primaria universal
- Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
- Reducir la mortalidad infantil
- Mejorar la salud materna
- Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente
- Fomentar una asociación mundial para el desarrollo
Estas metas se están debatiendo
globalmente y a nivel nacional. Muchas organizaciones están deliberando cómo pueden incluirse en diferentes estrategias globales
o nacionales. El CENTROUNESCO trabaja en red con la Asociación de las Naciones Unidas Venezuela, por la difusión
y seguimiento de las mismas.